Seguramente, todos tenemos más de un proyecto a la vez y queremos desarrollarlos todos juntos para que todos tengan éxito por igual. Esa actitud es genial, pero en la realidad nos damos con que el día no alcanza y que, a nuestros proyectos laborales le debemos sumar los compromisos sociales, los familiares y el descanso necesario, con lo que se acorta bastante nuestra brecha de tiempo “usable” para encarar el trabajo.
Aquí les dejo una lista de algunos consejos que estoy aplicando para organizar el día laboral, aunque cueste, por nuestra impaciencia.
1. Establecer metas claras y objetivos
Lo primero a considerar es saber qué queremos como resultado. A dónde queremos llegar con nuestros proyectos. Siempre cumplir los objetivos como fueron planteados, en tiempo y forma. Con esto avanzamos y con el tiempo se notan los resultados, los cuales son generalmente mejor de lo esperados.
2. Realizar una tarea por vez
No somos capaces de comprender varias conversaciones al mismo tiempo sin dejar escapar aspectos importantes que luego nos cuestan tiempo perdido. Ocurre lo mismo al encarar las tareas. Realizar primero las tareas de un proyecto para luego pasar a las de otro. Tener una lista de tareas ordenada es algo importante, aunque al principio, y al final, sea difícil armarla. Siempre tener un tiempo para imprevistos. Y recuerden, antes de pasar a otra tarea, finalizo la actual.
3. Cuidarnos y recargar nuestra energía
Lo importante es saber que nuestro trabajo debe medirse por el valor agregado a los proyectos antes que por la cantidad de horas. Tomar descansos periódicamente hará que nuestro día rinda mucho más. Hacer deporte, alimentarse bien y adecuadamente, dedicarle tiempo a la familia, a los amigos y a disfrutar del ocio (sin exagerar) nos hará recargar las energías necesarias para encarar los proyectos con la mente siempre fresca y llegar a cumplir nuestras metas.
Es fácil de escribir pero muy difícil de cumplir. Sin embargo, vale la pena intentarlo y, realmente, uno se siente mucho mejor.