A la hora de pensar en un proyecto, las ideas vuelan y todo el mundo se cree un león, todos saldrán a cazar clientes y a trabajar a tope. Sin embargo, cuando llega el momento de poner manos a la obra, son muy pocos los que tienen el compromiso necesario para encarar un emprendimiento.
Muchas son las excusas que surgen en el momento crítico, cuando más se necesita el apoyo de todos los miembros. El verdadero problema existe cuando los integrantes del grupo de trabajo tienen vínculos de amistad o familiares. En ese caso, la persona que no está comprometida al nivel de los otros, pone en compromiso a los demás, en el sentido que para evitar problemas, muchos deciden no hablar. Y la situación crece como una bola de nieve.
Por ahora lo dejamos aquí, a medida que surjan nuevas cosas actualizaré este artículo. Mientras tanto, ¿ustedes que piensan al respecto?